Nuevas investigaciones apuntan que Salvador Ramos, autor de la matanza perpetrada en la escuela primaria Robb, en la localidad de Uvalde, Texas, torturaba y asesinaba animales, exhibiendo sus actos en redes sociales.

40 minutos. 21 pérdidas. 375 rondas de municiones.

Jactancioso, el tiroteador de 18 años que irrumpió el pasado 25 de mayo en una escuela primaria y disparó contra las personas, matando a 19 niños y 2 maestras, se regodeaba, junto a sus amigos, de asesinar animales todo el tiempo, esto de acuerdo a un usuario de la red social, Yubo, en la que Ramos publicaba vídeos asfixiando a gatos en bolsas de plástico, para después azotarlos hasta la muerte contra el piso.

Asimismo, Payton Gendron quien hace apenas unas semanas asesinó a diez personas en un supermercado de Búfalo, Nueva York -y transmitió parte del crimen mediante una cámara insertada en su casco desde la plataforma Twitch- previemente acuchilló y decapitó a un gato, para colgar las fotos online.

Aunque la información de la especificidad de ambos casos se irá revelando conforme transcurran los días, se pueden trazar nexos evidentes e innegables entre el abuso y maltrato hacia animales y la violencia ejercida contra seres humanos. Una conversación llevada a cabo desde hace unos cuantos años y que se debe retomar, con severa urgencia, ante la proliferación de lo que parecería ser, una ola de acontecimientos de esta índole entre la población adolescente. El FBI, indicó con apremio en un comunicado reciente que el maltrato animal siempre sugiere algo más y se debe estar atento a cualquier indicio de estos comportamientos, pues el síntoma descrito a continuación, rara vez culmina allí, sino que progresa contra otras formas de vida, como la humana.

Desde el psicoanálisis existen diversas lecturas acerca de este fenómeno, atribuyendo a las experiencias negativas de la infancia entretejidas con un narcisismo patológico, una cierta responsabilidad. “Un niño que crece rodeado de agresión contra cualquier ser vivo tiene más probabilidad de violar, abusar o matar a humanos cuando sea adulto” (Kellert & Felthous, 1985). Un ambiente que propicia y engendra patrones que, lamentablemente, veremos repitiéndose.

La historia de la criminología apunta a diversos casos para ilustrar dicha correlación: Henry Lee Lucas, por ejemplo, degollaba a sus víctimas animales mientras abusaba sexualmente de ellas, tiempo después, aplicaría la misma práctica contra mujeresJeffrey Dahmer, previamente a ganarse el apodo del Caníbal de Milwaukee, capturó a un perro y atravesó su cabeza con un palo.

La lista sigue, desde los asesinos seriales más infames, hasta ejecutores de matanzas masivas, el vínculo entre tales sucesos, exige atención inmediata. Por supuesto, el campo teórico que sustenta estas afirmaciones ya ha sido más que recorrido, no obstante es necesario señalar al acompañamiento psicológico y prevención de estos actos como medidas preliminares planteadas en distintas esferas sociales.

De igual manera, desde ANIMAL HEROES te invitamos a no perder de vista cualquier acción, que por más “insignificante” o “nimia” que pueda parecer (claramente el abuso animal nunca será esto), que no se pase por alto, que se denuncie, que estemos informados acerca de nuestras leyes de Bienestar Animal y que se endurezcan las penas contra el maltrato animal ya existentes, como proponemos en nuestra campaña. Conócela y únete firmándola, dando clic aquí:

Se debe atacar desde la institucionalidad a la violencia, desde las leyes, se debe atacar ahora.