La tortura de la que eran objeto los toros en Valencia, España, durante festejos en los cuales se les prendían los cuernos como motivo de celebración ha llegado a su fin, pues el ayuntamiento decidió que a partir de julio de 2016 no se otorgarán más espacios públicos para la realización de actividades como “toros embolados” ni “toros en corda”; esto al reconocer que los animales sufren miedo y estrés durante dichas “fiestas”.