El mundialmente célebre oceanógrafo, Jean-Michel Cousteau comparó la condición de las orcas en cautiverio como la de  “una persona con una venda en los ojos en una celda de prisión”, pero ¿por qué la vida en cautiverio es considerada como indigna y de sufrimiento?

La respuesta radica en la contrariedad que existe entre las vidas que llevarían los mamíferos acuáticos en sus hábitats naturales y el encierro que viven día a día en los espacios a los que son obligados a existir y los cuales en la mayoría de las ocasiones, se reducen a pequeños corrales marinos y cajas de hormigón que impiden su correcto desarrollo.

Las orcas, al igual que miembros de la familia de los delfines y al resto de los animales marinos en cautiverio, son privados de lo que es natural y esencial para su integridad; negándoles su movilidad en espacios tan minúsculos que les obligan a nadar en círculos hasta el final de sus días, en comparación con los miles de kilómetros a los que están destinados a recorrer en el océano, negándoles al mismo tiempo la posibilidad de socializar con otros de su especie.

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El caso de Lolita, la orca que lleva cautiva más de 50 años realizando trucos ha causado indignación a nivel mundial. Fotografía: La Vanguardia

A pesar de recibir atención veterinaria y comida regularmente, el cautiverio genera un estrés crónico cuyo síntoma principal es la debilitación del sistema inmunológico, desencadenando generalmente una muerte prematura y en condiciones muy diferentes a aquellos que viven en el océano.

Sumado a lo anterior resulta evidente, la explotación a la que los animales son expuestos en parques temáticos y centros turísticos, ya que son forzados a realizar actos que les ridiculizan y son carentes de propósitos educativos o formativos ante una audiencia que les degrada a simples objetos de entretenimiento. 

Hay que recordar que las orcas y otros delfines navegan mediante el proceso de la ecolocación y en los tanques, los sonidos emitidos por su propio sonar rebotan contra las paredes, enloqueciéndoles. Se tiene registro de delfines cautivos, quitándose la vida, aguantando su respiración o estrellando su cabeza contra los muros del tanque debido a las secuelas que derivan de estas condiciones.

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En Japón, turistas que acudieron a un show con animales marinos grabaron cuando un delfín,
producto del estrés, intentó suicidarse, golpeándose contra el vidrio para después saltar
herido fuera del agua. Fotografía: elmanana.com

Asimismo, otros mamíferos acuáticos en cautiverio, como las morsas, resultan vulnerables a los virus y bacterias y su longevidad se ve reducida en su mayoría a una década menos que los ejemplares encontrados en sus hábitats naturales.

De igual manera, producto del estrés, los animales desarrollan conductas agresivas que serían anormales en la naturaleza y pueden ser sumamente perjudiciales incluso para los propios humanos. Las muertes de personas provocadas por orcas únicamente se han dado en cautiverio.

En ANIMAL HEROES te recordamos que para acabar con esto y con más impactos negativos de la crianza de mamíferos acuáticos en cautiverio, es indispensable no visitar parques temáticos, centros turísticos, ni zoológicos que cuenten con este tipo de fauna. Al asistir a estos lugares, estás financiando el sufrimiento, el tráfico de especies, el asesinato, la destrucción de familias y ecosistemas y una cultura de abuso, maltrato, anormalidad y degradación.  

Asimismo conoce y firma nuestra campaña XcaretXplotación para pedir a Xcaret deje de explotar delfines en sus parques.

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