Desde 1985, el 20 de marzo de cada año se lleva a cabo la iniciativa mundial para concientizar sobre cómo el consumo de carne daña a los animales y al planeta y tratar de inspirar a las personas a llevar una alimentación basada en plantas.

Promovido por la FARM (Farm Animal Reform Movement) y cuyo nombre original era Great American Meatout, conmemorar este día surgió como una idea para recordar a los miles de animales que son sacrificados cada día para consumo humano y a la vez, resaltar los beneficios que puede traer para la salud y el medio ambiente dejarlos fuera del plato.

En este sentido, ¿cuántos de nosotros sabemos que eliminar nuestro consumo de proteínas animales, además de reducir el sufrimiento animal, implica prevenir muchas enfermedades y a la vez es un modo activo de luchar contra el cambio climático, así como de la contaminación del agua, suelo y aire? Sencillamente, todo está concatenado.

Al respecto, la industria cárnica es uno de los sectores que más contribuye al cambio climático debido a los gases de efecto invernadero que libera, pero ¿cómo es esto? Es bien sabido que todo lo que comemos produce un impacto ambiental; sin embargo, es un hecho que hay productos más contaminantes que otros, como la carne. Tan solo cada vaca emite entre 70 y 120 kilos de metano anualmente en forma de gases, y en el mundo hay millones de vacas, lo que no solo implica contaminación sino también deforestación. Informes del Worldwatch Institute, basados en estadísticas de la FAO, estiman que más del 30% de la superficie de la tierra es usada como pastizales para el ganado, lo que significa que se están talando millones de árboles con el objetivo de convertir selvas y bosques en tierras aptas para pastar. Por esto mismo el Amazonas, como muchas otras zonas, están sufriendo un problema crónico debido a la creación de pastos y el cultivo de soya, la cual, en su mayoría, también va destinada al ganado.

Además del ganado vacuno, la industria avícola y porcina han implantado enormes problemas de polución debido a los grandes volúmenes de estiércol que se depositan en el suelo, contaminando a su vez uno de nuestros recursos más valiosos:

 

El agua.

De acuerdo a la huella hídrica, para producir un kilogramo de carne se necesitan más de 15,000 litros de agua; entonces la industria cárnica no únicamente la contamina con sus desechos, sino que hace un consumo masivo de ésta, olvidando un problema de justicia social: 1 de cada 3 personas en el mundo no tiene acceso a agua potable.

La producción de carne perjudica nuestro medio ambiente, a los trabajadores de esa industria (al igual que muchas otras industrias en las que se realizan tareas mal remuneradas, riesgosas y extenuantes, este trabajo depende de la mano de obra de las comunidades más marginadas), pero también nuestra salud.

El consumo de carne, tanto roja como blanca, puede aumentar los riesgos de padecer enfermedades cardiovasculares, aumento del colesterol total, diabetes y ciertos tipos de cáncer.

Pero más que carne, que es un referente ausente, debemos reconocer que estamos sacrificando millones de seres sintientes e inteligentes.

Sin lugar a dudas, la ganadería industrial es la mayor causante de maltrato animal de la historia, condenándolos a una vida de encierro, hacinamiento y maltrato, donde se les sacrifica a los pocos meses de vida.

Según datos de la FAO correspondientes al año 2007 las cifras de animales muertos anualmente para consumo serían las siguientes:

  • 50.000 millones de pollos
  • 2.715 millones de patos
  • 1.388 millones de cerdos
  • 1.169 millones de conejos
  • 648 millones de gallinas
  • 635 millones de pavos
  • 564 millones de ovejas
  • 402 millones de cabras
  • 301 millones de bóvidos
  • 57 millones de otras aves
  • 23 millones de búfalos
  • 10 millones de perros
  • 5 millones de caballos
  • 1,5 millones de camellos

Nuestras creencias nutrimentales han convertido a los animales en simples máquinas generadoras de carne, leche o huevos, pero la evidencia científica ha demostrado que es posible llevar una vida saludable sin proteínas animales. Una dieta basada en plantas, bien equilibrada y planificada, es recomendable para cualquier etapa de vida del ser humano, tal como lo han estimado la Academia Americana de Nutrición y la Asociación Dietética Británica, entre otras.

En ANIMAL HEROES luchamos por los animales, así que por respeto y congruencia apoyamos la dieta basada en plantas. El cambio puede ser más fácil de lo que crees. No se trata de olvidar sabores, al contrario, es descubrir nuevos. Cada elección que hacemos, incluyendo en nuestra alimentación, hace la diferencia en el mundo que habitamos.