El verano triste: Crónicas de un delfín enclaustrado
abril 18, 2024Desde el tigre que empleó de amenaza Irma Serrano, pasando por los cocodrilos de Heriberto Lazcano o los extravagantes regalos de Miguel Ángel Félix Gallardo y la inmensa “colección” de la familia Hank Rhon -que oscila entre los 20 mil y 25 mil ejemplares- hasta la controversial pantera de Babo, la posesión de animales silvestres exóticos en México tiene una extensa e histórica tradición vinculada al poder, la opulencia y el glamour.
En el mes de abril fue asegurada en Tecate, Baja California, una propiedad abandonada perteneciente a un grupo delictivo de sicarios. En su interior, se encontró una escena que captura de manera casi documental el clima de nuestra época; además de un par de vehículos robados, chalecos balísticos, cartuchos percutidos y armas de fuego, se hallaron decenas de conejos, algunos muertos, otros aún con vida, acompañados de tigres de bengala de gran tamaño.
No es la primera vez que en operativos de dicha naturaleza, sean decomisados animales silvestres exóticos que se encontraban en manos de narcotraficantes —apenas en 2022 circulaba la foto de un mono araña vestido de sicario abatido en un tiroteo en Texcaltitlán y en el mismo año un hombre fue devorado en Michoacán por un tigre en una zona disputada por distintos cárteles— y tampoco es la primera vez que se le hace un enérgico llamado tanto a las autoridades como a la sociedad civil al respecto de esta situación, pues si bien existe un gran número de ejemplares adquiridos en la clandestinidad, otro gran porcentaje es conseguido con autorización de la SEMARNAT, bajo los lineamientos de la Ley de Vida Silvestre.
Tan solo basta un permiso y el dinero suficiente para comprar un tigre, una serpiente, un mono, un león o alguna especie de ave exótica.
Dejando a Tiger King hecho polvo, se ha afirmado en repetidas ocasiones que en el infame Triángulo Dorado —constituido por una parte de los estados de Sinaloa, Chihuahua y Durango, sumidos en perpetuos enfrentamientos entre grupos armados y del crimen organizado— habitan más tigres de bengala, en cautiverio, que en la India, en libertad. En alusión a los líderes criminales de Colombia de los 80s y 90s, en el narcotráfico mexicano, la posesión de estos animales es sinónimo de estatus, protección y cierto nivel de jerarquía, además de ser una recurrente en temas de lavado de dinero y una facilitante para el traslado de mercancías —se explica que las heces de los grandes felinos disimulan los cargamentos de droga ante el olfato canino—.
Cabe aclarar que esto no es una problemática exclusiva del mundo del narcotráfico, ya que también son numerosas las celebridades y personajes ligados a ámbitos empresariales y políticos que han presumido la posesión de animales exóticos silvestres como parte de su patrimonio, que además de representar una latente amenaza contra la biodiversidad local, han demostrado ser un riesgo para la ciudadanía. Tan solo en los últimos cinco años, por nombrar dos locaciones de ejemplo, en Querétaro y en la Huasteca hubo reportes de pantera y tigre sueltos, respectivamente, asesinando perros, gatos, otros animales y siendo potencial amenaza para los humanos.
Encerrados, alejados de sus familias, viviendo en condiciones antinaturales y perjudiciales para su salud y desarrollo mental y físico, el problema de los animales silvestres en cautiverio tiene raíces éticas que se propagan hasta áreas sociales y de seguridad.
Una simple acción que se puede colocar en movimiento desde ahora con miras a desmantelar esta complejidad estructural es totalmente perceptiva: la sociedad civil debe dejar de relacionar la posesión de animales silvestres exóticos con algo deseable, se debe dejar de ver a estos personajes desde el culto y la admiración, desde la adulación al poder y dinero. Se necesita una mirada crítica que posicione esta práctica como lo que es, con todo y sus dañinas implicaciones.
Empezar a percibir la sintiencia de los animales mencionados, no son objetos, tienen una individualidad, historia y esencia.
Lo siguiente que invitamos a realizar desde ANIMAL HEROES, es revisar nuestra petición de Los Silvestres no son Mascotas y firmar. Estamos a un paso de que en México sea ilegal tener un tigre, un león o hasta un elefante en casa.
Firma ahora: www.lossilvestresnosonmascotas.org